Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, gran parte de nuestra existencia está basa en el echo de mantener relaciones con otras personas, bien sea familia, amigos o pareja. Mucho se ha estudiado y se ha hablado sobre cuales son los pilares que sustentan nuestra relaciones, y la comunicación es uno de ellos. Como cristianos sabemos, o por lo menos hemos oído infinitud de veces que orar es comunicarse con Dios, pero la oración es más que una mera plática con nuestro Padre. La oración es un medio para mantener comunión con otros hermanos, interesarnos por sus problemas, vidas, sueños, ideas, para que ellos conozcan las nuestras. La oración puede ayudarnos en nuestra disciplina diaria e incluyo ayudarnos a tomar las decisiones correctas en nuestra vida. La oración es, o debería ser, parte fundamental de la vida de cualquier creyente y una de las actividades en que la iglesia debería emplear más tiempo.
1. Debemos apartar tiempo de nuestro día a día para orar. Dn. 6:10. Este texto nos habla de que Daniel tenia la costumbre de orar tres veces al día, apartaba todos los día un tiempo para estar a solas con Dios. Nos habla de una vida continua de oración. Muchas veces los cristianos caemos en el error de orar por nuestro estado de ánimo, si estamos contentos o tenemos un problema oramos, si estamos enfadados o tristes no, nos alejamos. Pero aquí vemos a un hombre, y como era hombre tendría sus días mejores y peores, más contentos y más tristes, más enfadados y más calmados, pero él oraba todos los días. No debemos perder de vistas que Daniel era el segundo más importante del reino y se encargaba de el, sólo por detrás del rey Darío, con lo cual sus ratos libres serían más bien escasos.
Esta idea también la vemos reflejada en Jesús donde vemos varias veces en los evangelios que se apartaba a orar, dedicaba tiempo a estar a solas con Dios.
2. Debemos usar la oración como semilla de las buenas decisiones. Lc. 6:12-13. Jesús es Dios, pero a pesar de ello dedica toda la noche ante una decisión tan trascendente como la elección de los doce hombre que estarán con Él a lo largo de Su ministerio en la tierra y luego expandirán el evangelio por todo el Imperio Romano. A veces podemos caer el error de hacer planes ponerlos en marcha y por último oramos “Dios bendice esto que hacemos para ti” pero la Biblia nos habla de poner en oración todas nuestras decisiones, de orar antes de actuar, para que sea Dios quien dirija y nos oriente. Esta idea también la vemos en la vida de Nehemías quien cuando oyó acerca de como estaba la ciudad de Jerusalén lo primero que hizo fue orar a Dios antes de actuar.
3. Debemos dar a conocer a la persona por la que oramos, que estamos orando por ella. Ef.1:15-16; 1Co. 1:4-9; Col. 1:3-14; 1 Ts. 1:2. Era costumbre de Pablo incluir en casi todas sus cartas un párrafo de acción de gracias a Dios, redundando así en la idea que vimos en Daniel de tener una vida continua de oración, pero estos textos de las cartas de Pablo también nos traen la idea de que aparte de orar a Dios es bueno hacer saber a las personas por las cuales oramos que estamos orando por ellas. En primer lugar porque como se nos dice en 2Co. 9:11-12 ayudar a un hermano redunda en acciones de gracias a Dios. Segundo porque reconforta saber que hay alguien orando a Dios por nosotros, y nunca sabemos cuando unas palabras como “estoy orando por ti” pueden llenar de ánimo la vida de una persona que igual lo está pasando mal en ese momento. Tercero porque nos da sentido de familia, preocuparse los unos por los otros da sentido familiar a la Iglesia de Cristo.
4. Que nuestras oraciones sean agradecidas. Col. 4:2. Este texto nos habla acerca de que nuestra oración sea con agradecimiento. De que no caigamos en sea quejosos ni en pedir únicamente. La Biblia nos anima a abrir nuestro corazón ante Dios y expresarle nuestras preocupaciones, o quejas, dudas, pero lo que aquí dice Pablo es que reguemos todas nuestras dudas, o quejas, o preocupaciones con gratitud. Porque sobre todos los problemas que puedan existir en nuestra vida ante todo lo que tenemos que sentirnos ante Dios es agradecidos. Algo que nos enseña la Biblia sobre todo en vidas como las de Job, Jeremías, Moisés, Elias… es que la vida del siervo de Dios no es fácil pero lo que nunca debemos abandonar es el agradecimiento a nuestro Dios.
5. Debemos dar motivos por los que orar. 2Ts. 3:1 Pablo en estos versículos vemos como da motivos concretos por lo que orar. “… por ser librado de personas malvadas…”, “… para que el mensaje se difunda rápidamente… ” o como dice en col. 4:4 “... para que yo lo predique como debe hacerse…”. A veces oramos por temas muy amplios, y esta bien, pero estos textos nos traen la idea de que debemos orar por temas concretos, con nombres y apellidos. Y para eso debemos seguir el ejemplo de Pablo y dar temas de oración a nuestros hermanos. Muchas veces las iglesias pueden ser lugares muy fríos donde es difícil compartir ciertos temas. Pero es bueno tener a gente a nuestro alrededor con la cual quedar y juntos orar por temas de nuestra vida. Un grupo de personas con las cuales a veces derramar lágrimas y que estén orando por nosotros y nosotros orando por ellos. Sea como fuere, como iglesia o en un grupo pequeño, es bueno para nuestra vida el compartir temas que se agolpan en nuestro corazón, para orar por ellos.
Invirtamos tiempo orando a Dios cada días, apartemos tiempo cada día para clamar a él con gratitud, para poner delante de él nuestros planes y que el lo dirija, o los cancele. Seamos una familia y oremos los unos por los otros, dando motivos a otros para que oren por nosotros, haciendoles saber nosotros que estamos orando por ellas.
Que el Señor nos bendiga y nos ayude a ser hombres y mujeres de oración.