
El conocido predicador Warren Wiersbe ha escrito que el desaliento no hace acepción de personas. El santo maduro tanto como el creyente principiante puede sufrir períodos de desaliento. El pastor maduro, de igual manera, puede tener más por qué sentirse desalentado que el pastor joven que apenas está empezando.[1]
Nuestras realidades actuales nos está marcando de por vida. Una pandemia y ahora una guerra entre Rusia y Ucrania está llevando al mundo al borde del colapso. En medio de estas circunstancias es muy fácil perder la esperanza y desanimarnos. Por todos lados vemos desesperanza y frustración así como un creciente miedo en las personas.
¿Dónde buscaremos fuerza para sobreponernos o por lo menos para llevar ésta situación?¿Será posible encontrar el ánimo que tanto necesitamos?
La segunda carta de Pablo a los Corintios es probablemente la menos conocida de todas sus cartas. A veces se la ha llamado…
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