Decimos que la Biblia es la palabra de Dios. La estudiamos en nuestras reuniones. Colgamos en nuestras paredes cuadros con versículos de ella. Hay incluso algunos que se la tatúan en la piel. La memorizamos y hablamos de ella a otros. Incluso vinculamos nuestra pertenencia al cristianismo con un libro, con la Biblia.
La veneración por parte de la iglesia de la Biblia es algo que damos por supuesto ¿por qué? ¿Cuál es el motivo que nos lleva a coger este libro y hacerlo el fundamento de nuestra vida? ¿Por qué no otro? ¿Por qué no este libro y otro?. Siguiendo este hilo podemos plantearnos las siguientes preguntas. ¿Podemos conocer a Dios? ¿Cómo podemos estar seguros de que la Biblia es la Palabra de Dios? ¿Es útil la Biblia para mi vida? ¿Es útil la Biblia para mi vida?¿Podemos fiarnos de la Biblia? ¿Cómo llegó a nosotros la Biblia? Son preguntas clave que cualquier cristiano tiene que hacerse en algún momento y tenemos que tener las respuestas clara para desarrollar una convicción que nos a ayude a apreciarlo y dedicarle todo el tiempo que su importancia merece, la importancia de saber que estamos antes la misma Palabra de Dios.
¿PODEMOS CONOCER A DIOS?
Conocer a Dios, su voluntad, sus deseos, tenerlo de nuestro lado es una de las ambiciones más poderosas del ser humano. Cuando estudiamos cualquier cultura unos de los aspectos esenciales es su religión. Ya sean los Egipcios, Griegos, Romanos, Mayas o indígenas americanos todos afirman conocer a Dios y saber que él espera de ellos. Todas estas personas de distintos lugares o distintas épocas reconocen que existe una realidad más allá de este mundo físico que conocemos y afirman que es posible conocer esta realidad. Para ello usan multitud de medios para conectarse con ese mundo, ritos, tradiciones, palabras reveladas, en el pasado sacrificios, etc.
Nosotros tenemos un libro al cual definimos como la Palabra de Dios. En otra ocasión responderemos a la pregunta de ¿por qué podemos estar seguros de que la Palabra de Dios es verdad? Pero ella nos va a revelar dos verdades que nos pueden parecer incompatibles en un principio. En primer lugar nos dirá que para el ser humano es imposible conocer a Dios. Debido a nuestra situación de pecado Ef. 4:18 tenemos la mente entenebrecida llena de oscuridad que no nos deja ver espiritualmente y por lo tanto no es posible para el ser humano natural conocer lo que es de Dios. Pero en segundo lugar a lo largo de toda la Biblia hay muchas personas que hablan con Dios o en Su nombre. Mostrando que lo conocen, o por lo menos en parte.
¿Cómo entendemos estas dos realidades opuestas y verdaderas? Jn. 1:8 “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” Mt. 11:25-27 “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños» Estos dos textos nos enseñan estas dos verdades “Nadie vio a Dios” y “nadie conoce al Padre” este conocer no se trata de saber de la existencia sino de comprender el pensamiento, las intenciones y la voluntad de Dios. Nadie puede hacer eso sino sólo Dios mismo. Así que si para nosotros es imposible conocer a Dios la única manera que hay de saber su voluntad es lo que él nos enseñe de sí mismo. “Le ha dado a conocer” y “A quién lo quiera revelar” lo que nos demuestra que es un ejercicio de su voluntad el darse a conocer a quien Él quiera “a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Este conocimiento de Dios tiene cuatro características:
SU FUENTE
Ya que los seres humanos no podemos conocer a Dios por nosotros mismo y que tiene que ser Dios quien nos muestre lo que podemos conocer Él se convierte en la única fuente fiable de conocimiento. Tenemos que afirmar que ese conocimiento es verdad genuina ya que es un conocimiento carente del pecado del ser humano. El ser humano, desde que ha pecado, ha distorsionado la verdad como Satanás hizo con Adán y Eva la condición de pecado nos hace torcer la verdad. Por eso todas las religiones que el ser humano puede construir son falsas ya que son conocimientos de Dios cuya fuente no es Dios. Es por eso la revelación, las palabras, que vienen de Dios se convierten en la única fuente infalible para determinar la verdad genuina.
El conocimiento genuino alcanzó su punto culmen con Cristo. Ya que él nos muestra el mismo corazón de Dios (Jn. 1.18; 14.7). Cuando Cristo se fue Él envió al E.S. para darnos revelación adicional de Cristo y del conocimiento de Dios (Jn. 16.13-15; Hc. 1.8). El Espíritu Santo nos ayuda a conocer más de Dios a través de las escrituras, iluminándonos acerca de su mensaje. La Biblia es clara acerca de la voluntad de Dios en que lo conozcamos. Toda la trinidad está comprometida con el hecho de que conozcamos aquello que es necesario que conozcamos.
SU CONTENIDO
El conocimiento completo que viene de Dios es la vez objetivo y personal. El mejor conocimiento de una persona vendrá de conocer a esa persona. Dios revela muchos datos sobre sí mismo, todos los cuales son importantes para nuestra relación con Él íntima, inteligente y provechosa. De tal manera que cuanto más conozcamos a Dios más y mejor será nuestra relación con Él y más sencillo será saber lo que quiere de nosotros.
No podemos obedecer sin conocer, necesitamos saber acerca de Dios. Por eso el expresa en la Biblia tantas veces emociones: Él ama, se enfada, escoge a personas para tareas, va delante de su pueblo, libera con mano poderosa, hace frente a sus enemigos, corrige a los que están equivocados, etc… podemos conocer mucho del carácter de Dios lo que nos ayuda a entender mucho acerca de Él y su voluntad.
SU PROGRESO
El conocimiento de Dios y de sus obras fue revelado progresivamente a lo largo de la historia. No es el mismo conocimiento de Dios el que tenía Abraham que el que tenía el apóstol Pablo. Cuando Juan está en la isla de Patmos escribiendo Apocalipsis hace muchas referencias a profecías del A.T. que tendrán su cumplimento en los días postreros, ese es conocimiento que lo profetas que escribieron esas profecías no tenían.
Cuando en el evangelio nos encontramos con la frase “esto está escrito para que se cumpliera lo que dijo el profeta” (Mr. 4.14; Mt. 12.17; Mt. 8.17; Mt. 13:35) nosotros que lo podemos leer entendemos la promesa y además el cumplimiento, los judíos que habían vivido antes que Jesús sólo tenían la promesa. Dios no ha revelado toda su Palabra en Génesis sino que a lo largo de la historia narrada en la Biblia va a revelando su Palabra según su voluntad hasta que se cierra su revelación con la muerte de los Apóstoles.
Ya no hay más revelación porque Cristo encargó esta tarea a los Apóstoles Ef. 2.19-22 “edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”. Pablo está describiendo a la Iglesia como un edificio donde Cristo es la piedra angular. En la época de Jesús los cimientos de la casa descansaban sobre una piedra grande que servía de base, era la piedra angular. Jesús es la base de todo y luego fueron los Apóstoles, seleccionados por nombre por Cristo mismo, los que pusieron el fundamento, la base, los cimientos de la iglesia. No lo hicieron en su propio conocimiento sino en el de Cristo. Pero el cimiento sólo se pone una vez, una vez terminado se construye encima, esta es la parte en que nos encontramos. Ya no estamos en el momento de poner cimientos, ahora estamos en la obra de construir el edificio.
SUS PROPRÓSITOS.
¿Para qué quiere Dios darnos su palabra? Pues hay varias respuestas.
- Llevar a las personas a poseer vida eterna (Jn. 17.2; 1 Ti. 2.4). Es el objetivo principal. Génesis 1-3 nos presentan el problema. La rebeldía de Adán y Eva y por consiguiente la de toda la humanidad el resto de la Biblia nos presenta el plan de Dios para resolver el problema con Cristo y la culminación de su regreso e instauración de su reino por toda la eternidad.
- Promover el crecimiento cristiano (2 Pd. 3.18) con conocimiento doctrinal (Jn. 7.17; Ro. 6.9; Ef. 1.18) y con un estilo de vida preceptivo (Fil. 1.9-10; 2 Pd. 1.5). La Palabra de Dios nos es dada para que sepamos como vivir. El ser humanos natural, aquel que no ha conocido a Dios vive de una manera totalmente ofensiva contra Dios y la Biblia nos provee la manera en que debemos comportarnos. ¿Os acordáis de Santiago? Nos decía lo que debíamos y no debíamos hacer.
- Advertir acerca del juicio venidero (Os. 4.6; Hb. 10.26-27). Hay un juicio para cada una de las personas del mundo en cada una de las épocas que han existido. Todos tendremos que rendir cuentas ante Dios, esto es un aviso necesario, debemos estar preparados para ese juicio. Sólo si tenemos un buen abogado podremos tener una resolución positiva.
Así que ante la respuesta de si podemos conocer a Dios la respuesta es Sí. No porque nosotros tengamos la capacidad de llegar a Él sino porque él se da a conocer no para mostrarnos todo sino para iluminarnos sobre aquello que es esencial para la existencia humana. Así que si Dios mismo se ha esforzado tanto en darnos esta Palabra será que lo que tiene decir importa y mucho
Por eso es tan importante que nos molestemos en conocer a Dios porque su conocimiento al contrario que el nuestro en verdad en su totalidad y tiene respuesta a las preguntas fundamentales del ser humano y sobre todo para el mayor de los problemas del hombre el pecado.
Esta es la razón porque la iglesia tiene una tarea que nunca acaba, predicar la Palabra.
2 comentarios en “¿PORQUÉ LA BIBLIA? I”