Ser firmes ante la tentación.


Texto: Lucas 4:1-13.

La tentación es una situación que siempre ocurrirá en nuestra vida, no podemos evitarlo, por mucho que nos encerremos en casa o decidamos vivir recluidos toda nuestra vida nunca vamos a dejar de tener tentaciones. Pero podemos evitar cae en su engaño, porque el objetivo de cualquier tentación sólo es uno, el pecado St.1:13-15 y debemos estar preparados y nunca bajar la guardia por muy espirituales o cerca de Dios que nos encontremos.

Satanás es un enemigo preparado que nos conoce, sabe quienes somos, sabe nuestros objetivos, sabe cuales son nuestros puntos débiles. El objetivo de Satanás siempre va a ser destruirnos y buscar nuestra ruina Jb. 1:9-11.

Las preguntas que nos surgen ahora es ¿cómo podemos vencer la tentación de un enemigo más fuerte que nosotros y que no se puede evitar?

Puesto que no podemos evitar tener tentaciones debemos afrontarlas, pero ¿cómo luchar contra los deseos?. Para los seres humanos es mucho más fácil luchar contra otra persona que contra nosotros mismos, pero la Palabra de Dios nos da guía para ello.

1. El conocimiento de la Palabra (v. 4 8 y 12): Jesús conocía la Palabra, conocía los escritos del A.T. (la ley) y eso le ayudó a combatir la tentación. No es por casualidad que Pablo en uno de sus escritos más conocido Ef. 6:17 compare la Palabra a una espada. Necesitamos conocer la Palabra de Dios, no solo saber que existe, como se divide, como se compone… Necesitamos aprenderla, usarla, hablar de ella. Y puede que en la Iglesia se enseñe la Palabra y que la escuchemos con atención todos los fines de semana o cada vez que se expone y está muy bien, pero eso no nos exime de la tarea de que, cada cristiano debe tener la preocupación personal de estudiar las Escrituras en casa, cada uno a su nivel, a su velocidad, pero debe existir en toda persona la preocupación y el gusto, porque cuando se estudia la Palabra de Dios es realmente un gusto, de aprender y no conformarnos con lo que sabemos. Tenemos la suerte de vivir en un país con libertad par poder comprar libros versiones, comentarios, lo que nos dé la gana… ¿Usamos esa libertad?. Debemos conocer la Palabra como método de defensa ante las tentaciones. La Biblia misma nos pone ejemplos como el de Nehemías o Josías. El pueblo de Dios es un pueblo que conoce las palabras de su Dios.

2. Estar en la presencia de Dios (v.1) aquí expresado con la idea del ayuno. Esta idea del ayuno aparece unas 80 veces en la Biblia en distintas situaciones. Cuando Moisés fue a buscar las tablas de la ley (Dt. 9:9); Intercesión para lograr el auxilio del Señor (Sal. 109:24); arrepentimiento y evitar castigo (Nínive Jonás 3:4-7 y Joel 2:12 ) caso de peligro (Dt. 10.10; 1ª Ry 21:27; Ester 4:16) Ante decisiones o actos importantes (Hc. 13:2,3; Hc. 14:23) cuando expulsan a un demonio (Mc. 9:29) En caso de duelo (1ª Sam. 31:13; 2ª Sam. 1:12 y 2ª Sam. 3:35). Todos estos textos nos dan la idea de momentos de estar en la presencia de Dios, de Su prioridad por encima de las necesidades básicas humanas, momentos de oración, arrepentimiento, confesión, perdón, compromiso, decisión. Jesús no está exento de estos momentos de ponerse de rodillas y orar, como en Getsemaní Lc.22:39. Hay momentos en la vida, en los que necesitamos hacer como Jesús y “Y estando en agonía, oraba con mucho fervor” y el ayuno puede ser una fórmula de centrarse en orar o interceder ante Dios.  Col. 2:20-22. Pablo nos habla de que no nos sometamos a preceptos hechos por hombre. Quiere decir que no tengamos el ayuno como una necesidad religiosa. El ayuno no es un rito a cumplir, no tiene una forma de hacerse, es algo que tiene que nacer voluntariamente del corazón del cristiano, debe ser sincero, para no convertirse en un rito sin sentido. Lo importante no es el ayuno, es estar en la presencia de Dios, dándole a Él la prioridad en todo.

3. Renunciar a lo que no es importante: En la primera tentación vemos como Jesús renuncia a algo legítimo como era comer. La mayoría de nuestros problemas son necesidades temporales y Satanás sabe usarlas para tentarnos. No había nada de malo, en que Jesús usara su poder, pero Jesús sabía que era lo importante, lo que no era una prioridad. A lo largo de todo su ministerio vemos como Jesús nunca usa su poder en beneficio propio. Tuvo sed en el pozo, pero esperó a que llegara la samaritana para saciar su sed y con ello traer bendición. Jn. 4:39 “Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.”

4. No buscar aceptar el camino más corto a cualquier precio: La segunda tentación tiene que ver con los objetivos de Jesús. Jesús venía a la tierra instaurar su reino de salvación, para eso, una de las cosas que tenía que hacer era morir cargando las culpas de la humanidad. Satanás sabía quien era Jesús y cuales eran sus objetivos, y se los ofrece en bandeja. Reinar sobre todos los reinos de la tierra, no sólo eso, no sólo era la posesión física del reinos sino la gente que ellos vivía. “La gloria de ellos” la alabanza de los pueblos. Jesús podría tener el dominio de los pueblos de la tierra con una sólo gesto, arrodillarse ante Satanás. Pero eso implicaba transgredir la ley y transgredir la ley era desobedecer a su Padre. Ex. 20:4-5 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.”

Y aquí tenemos un ejemplo de integridad. Jesús prefiere vivir 3 años en la tierra, ser incomprendido, acusado de engañador, no creído, burlado, tener que lidiar con los problemas de los discípulos, tener que vivir entre personas con sus problemas y sus miserias, sufrir tortura, falsas acusaciones, mentiras sobre Él, un juicio injusto, la muerte en la cruz. Todo los sufre antes que desobedecer a su Padre.

5. Buscar el beneficio de la obra de Dios y no el nuestro: Y por último la tercera tentación nos habla de humildad. Jesús prefiere el trabajo casi anónimo y del día a día que la fama que le pudiera aportar el echo de tirarse de la cornisa del templo. Un comienzo así de espectacular le hubiera abierto muchas puertas a Jesús, le hubiera ahorrado muchas discusiones y probablemente callado a muchos enemigos. Pero Jesús no buscar el aplauso fácil, ni el reconocimiento vano. Jesús trabajó desde atrás, empezando en una familia humilde, nunca usó su posición de hijo de Dios para ganarse ventaja sobre nadie, si alguien no le quería en un pueblo se iba. Pr. 15:33la humildad precede a la fama”. La humildad de Jesús no solo se vio reflejada en este evento sino que también renegó de ser coronado como rey en varias ocasiones, Jesús tenía muy claro sus objetivos y se importante entre gente que no valía la pena no era uno de ellos.

No nos creamos invencibles ante las tentaciones. Muchos cristianos van por la vida como supermanes, creyendo que por ser hijos de Dios está libres de ellas, pero es todo lo contrario, por ser hijos de Dios vamos a sufrir tentaciones, de la misma forma que Job o Jesús. Que Dios nos ayude a mantenernos firmes

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